A comienzos de este año se denunció desde el Concejo de Medellín un posible detrimento patrimonial en la venta de un lote del municipio, ubicado en la Central Mayorista y con valor de 19.000 millones de pesos, basado en un avalúo del 2015 realizado por la Alcaldía de Medellín.
Sin embargo, ese mismo año, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) realizó un avalúo al mismo lote de 8.300 metros cuadrados de área, que indicó un valor superior a los 29.000 millones de pesos. Es decir, 10.000 millones de pesos más.
Eso llevó a que a principio de este año, la Contraloría de Medellín solicitara una auditoría especial, la cual en días pasados entregó los resultados. La auditoría arrojó nueve observaciones en las que se reflejan riesgos ‘altos’ y ‘extremos’ de incumplimiento, financiero, de corrupción y de error, entre otros.
“Como resultado de la evaluación realizada, se concluye la deficiencia en la identificación de riesgos y en la aplicación efectiva de controles para la enajenación del lote 24 de la Central Mayorista (…), en las etapas de planeación y precontractual”, concluye el informe al cual tuvo acceso EL TIEMPO.
En el documento, que fue aprobado por el secretario de Evaluación y Control, John Jairo Velásquez, se evidencian hechos como el incumplimiento con el principio de facilitación (Ley 1712 de 2014), pues no se facilita el acceso a la información pública en la página web.
De hecho, se requieren cerca de 10 pasos en la ruta de acceso para llegar a la información, lo que según el informe, obstaculiza la participación de proponentes.
“Es muy raro que solo se haya presentado un ofertante para un inmueble al que se le bajó el precio en 10.000 millones de pesos, y que en cinco años solo haya tenido un aumento del precio por metro cuadrado de 4.000 pesos”, cuestionó el Concejal Guerra.
Acorde con el avalúo hecho por el IGAC en 2011, el metro cuadrado tenía un valor de 2’300.000 pesos, mientras que el hecho por el municipio de Medellín en el 2015 señala la cifra de 2’304.000 pesos.
Otros de los hallazgos en la auditoría fueron: documentos sin firmar, modificación del pliego de condiciones, ‘pagos parciales’ que se volvieron pagos periódicos a un contratista, inclusión de documentos que no hacían parte del expediente contractual y carencia de inventario de los bienes inmuebles a enajenar.
“No se evidenciaron en la matriz de riesgos, algunos como: falsedad, omisión, negligencia, falta de objetividad, los cuales se materializaron como se evidenció en este informe”, dice el documento.
Ante los resultados, EL TIEMPO quiso comunicarse con la Contraloría Municipal para corroborar que sí hubo detrimento y las sanciones que se vienen a los responsables por ese negocio, pero la dependencia respondió que la Contralora se encontraba levantando la información del tema y que no alcanzaba a dar respuesta.
Los concejales Guerra y Echeverri solicitaron a la Secretaría General del Municipio que se anulara el contrato debido a las irregularidades encontradas, pero mediante una carta, Verónica de Vivero, encargada de ese despacho, informó que aquello no sería posible porque en la zona ya se están realizando mejoras que hacen que el valor sea superior al del avalúo.
«Esperamos que el responsable pague y responda por esos 10.000 millones. Si el negocio no se puede deshacer, que los responsables de adjudicarlo paguen», explicó el concejal Guerra.
De otro lado, Juan Felipe Giraldo, asesor jurídico, aseguró que podría haber ‘lesión enorme’, una figura jurídica utilizada para rescindir un contrato, cuando el valor de este difiere desproporcionadamente del valor real.
Es decir, cuando se paga por un bien menos del 50 por ciento de lo que vale, se puede alegar la lesión enorme como una causal para rescindir el contrato de compraventa. Aunque en comparación con los dos avalúos (IGAC y Municipio) no se cumple esa regla, «hay otros avalúos comerciales que dicen que el valor del lote puede superar los 40.000 millones de pesos. Vamos a estudiar las opciones para tomar la mejor decisión, pero tiene que haber mucha voluntad política por parte de la Alcaldía».
DAVID ALEJANDRO MERCADO
Redactor de EL TIEMPO
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Fuente: El Tiempo